Escrito por Javier Giral Palasí.
En la cultura anglosajona, no se celebran las derrotas de los perdedores, pero en la España del igualitarismo hacia abajo sí. Y puestos a eliminar los pilares de nuestra sociedad por la ingeniería social no sólo se oculta a nivel general los referentes y héroes de la historia de España, sino que encima se ensalzan las derrotas españolas hasta el punto de que se conoce las derrotas de Trafalgar o la “Armada Invencible” pero no sus victorias.
Los españoles de Cataluña no han encontrado a un héroe sino que se han inventado a un mártir para la causa del separatismo catalán y su construcción de la “nación catalana”, puesto que los catalanes “españolean” más que nadie, y aprovechando el marco autonómico para avanzar en su delirio, se encontraron con que precisamente no tenían un héroe nacional para su fiesta grande, y entonces se toparon con Rafael Casanova, y tras la tergiversación histórica, ríase usted de la imaginación de Hollywood, al que fuera orgullosamente un patriota español que mandaba al ejército de Barcelona a “luchar por nosotros y por la nación española”, lo presentan como un mártir del independentismo catalán en el s. XVIII. Para que se hagan una idea de la tergiversación, basta con hacer una lectura del bando de Rafael Casanova en el 11 de septiembre de 1714, en el que podemos leer: “A fin de derramar gloriosamente su sangre y su vida por su rey, por su honor, por su patria y por la libertad de toda España”.
En realidad Casanova era sólo partidario de la casa de Austria y no de los Borbones, en aquel conflicto de la sucesión al trono español a principios del s. XVIII, pero era un patriota español hasta el punto que en la proclama de 1714 menciona 3 veces “Espanya/espanyols” y ninguna “Catalunya/catalans”. Por su parte el general Antonio Villarroel y Peláez arengaba a las tropas barcelonesas el mismo 11 de septiembre diciendo que “por nosotros y por la nación española peleamos”. Y el gobierno de la ciudad de Barcelona de 1714 tras la Deliberación de mayo alegaba que que luchaban por “la libertad de la Monarquía de España”. Y los catalanes exiliados en Viena crearon el “Consejo Supremo de España”, no el Consell dels Països Catalans ni l´Assemblea Nacional de Catalunya.
Tampoco Rafael Casanova murió en la toma de Barcelona de 1714 sino que siguió ejerciendo como exitoso abogado hasta los 83 años. Después para mayor escarnio Cataluña salió beneficiada de la llegada de Felipe V y sus sucesores por la eliminación de trabas administrativas y aduanas internas que trajo la casa de Borbón.
Por tanto, ha llegado el momento de que Cataluña tenga una fiesta autonómica que no sea este aquelarre de manipulación y de odio a España que se conoce por la Diada del 11 de septiembre.
Yo no estoy en linea con lo aqui reflejado, pienso sinceramente que hay muchos elementos que no han podido ser tenidos en cuenta. Pero valoro mucho vuestra exposicion, es un buen post.
Saludos
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